sábado, 25 de mayo de 2019

Since 2009

No había caído en cuenta de lo mucho que ha cambiado mi vida. No había caído en cuenta de dónde comenzó todo y dónde estoy ahora. 

Desde que soy consciente de este camino que llamamos vida han sucedido tantas cosas que a veces me pregunto ¿siempre ha sido el mismo proceso para todos? 

Permitanme explicarme; 

En los últimos meses he reflexionado mucho sobre la muerte y lo que significa, he reflexionado sobre el suicidio, sobre la depresión, sobre el paso del tiempo, sobre todo y nada a la vez. Me pongo a pensar sobre todo el ruido que hay actualmente en nuestras vidas, sobre la inmensa cantidad de pendientes innecesarios que nos colgamos sobre nuestras vertebras. ¿A caso perdimos el verdadero significado de la vida?

No sé qué depara el futuro para mí o para mis seres queridos. Sin embargo, tanta muerte me hace pensar en el paso inexorable del tiempo, no puedo creer cómo alguien que estuvo contigo hace un mes ya se encuentra alimentando a los carroñeros, no comprendo la fragilidad de nuestra existencia.
Más preocupante aún es el hecho de que con cada palabra que transmite una partida siento que una parte de mi ser se marcha con ellos. Me lastima ser consciente y no poder actuar al respecto. 
Quizá estoy demasiado melancólica por el clima (acaba de llover), quizá es la música (Vienna), quizá es todo y nada a la vez.

A veces me gustaría detener todo por un instante, agradecer completamente y continuar pero...hay demasiado ruido. Solamente puedo encontrarme en esa carretera de 2 horas, me reconozco a mí misma bajo la luz del conejo, puedo hablar sin miedo con un té y una manta viendo a través de mi ventana el dia pasar.

Tengo miedo. Estoy aterrada de mirar las manecillas del reloj y enterarme de que el ayer se ha quedado 2 años astrás. Estoy aterrada de que aquel 10 de Mayo se vuelva una fecha que me haga temblar. Estoy aterrada por mis acciones. 

Extraño tantas cosas. Extraño a tantas personas. Extraño tantos momentos. 
Miro la luz del atardecer para darme cuenta de que todo es una historia insignificante. No puedo seguir así, no debo de darme el lujo de seguir siendo tan sentimental cuando sé que mis latidos tienen fecha de caducidad. Diez años han pasado tan rápido.

https://www.youtube.com/watch?v=wJRh0PlWB6g


domingo, 12 de mayo de 2019

Océano

Hace tiempo había querido desahogarme. He estado tan emocionalmente inestable que me pregunto frecuentemente ¿seré capáz de continuar? La respuesta a esta pregunta aún está por revelarse.

Dos de mis familiares fallecieron recientemente. Aún no lo asimilo. Me duele la cabeza la mayor parte del tiempo, nada me emocionam. Estoy tan irritable que siento que me voy a ahogar. He pensado, de nuevo, en el suicidio. No sé qué hacer, traté de buscar ayuda pero parece ser que el mundo es sordo, o quizás yo no sé pedir ayuda. No sé.

Me siento culpable de todo y de todos. No tengo ni ganas de tocar guitarra (mi antiguo método para sobrellevar los malos ratos). Mi familia me reprocha todo. No me gusta estar fuera de mi casa pero tampoco me gusta estar en ella. No me siento ni bien ni tranquila.

Hay una canción que dice "No puedo hacer esto cada que algo sale mal", la verdad es que así me siento. Cada que algo sale mal mis inseguridades y pensamientos autodestructivos salen a la luz, lo peor de todo es que no los enfrento, simplemente los escucho y me hundo poco a poco. Me sietno tan acabada por todo que he comenzado a dormir de más.

La mayor parte del tiempo pienso que en realidad no quiero morir, lo que quiero, muy en el fondo, es desaparecer y que todos piensen "Oh, pude haber hecho algo por ella". Sé que es un pensamiento tan inmaduro que me avergüenzo de plasmarlo aquí pero en este diario virtual me he propuesto no engañarme, no más. Aceptaré mis pensamientos tal y como son. Que si me odio y que si odio a los demás no lo esconderé. El primer paso para enferntar un problema es aceptarlo así que hoy yo acepto que sí, estoy tan enojada con todos por todo y creo que estoy aún más enojada conmigo misma por no ser capaz de enfrentarme.

En fin, ahora escribiré un poco sobre lo que sucedió respecto a mis familiares. Mi abuela materna y mi abuelo paterno fallecieron. No me despedí de ellos de la manera que me hubiera gustado. A mi abuelo ni siquiera le respondí los mensajes que me mandó un día antes de partir. No me despedí de mi abuela una semana antes de que dejará de respirar. Vi a mi abuela agonizar. Mi corazón se partió en dos. Me di cuenta de que no se extraña a quien no te responde los mensajes o a quien te partió el corazón, se extraña a la persona que se ha ido, que no podrás escuchar de nuevo su voz, que no podrás abrazar, alguien quien simplemente se adelantó en esta carrera que llamamos vida. Así es, se han ido y SÍ me siento culpable por no haberme despedido. Nunca platiqué con ellos de la manera que me hubiera gustado. Así soy, nunca digo lo que realmente pienso. Hoy mi madre me recriminó el hecho de no haber estado presente en su funeral, no estuve presente en el funeral de ninguno de los dos porque estudio fuera y nadie me avisó. Me comentó que yo no tengo sentimientos, que soy una persona fría, que nunca ha sentido mi apoyo y que debería ser más como mi hermana. En otros tiempos, respondería diferente, le pediría perdón, le diría que la quiero y que la escuela me ha privado de tantas cosas, que espero nunca alejarme de ella. Pero hoy no, hoy no dije nada porque nunca seré lo suficientemente buena para ella, no con la escuela, no con la religión, no con mi personalidad, logros, no con nada. Jamás seré lo que ella espera. Ella siempre me odiará porque le recuerdo a mi padre y a él lo detesta con todo su corazón. Es lo mismo para mi padre, sé que muy en el fondo, él también me detesta. Hoy no les quiero dar el gusto a ninguno de los dos de ser lo que ellos esperan, hoy voy a guiarme a mí misma incluso si ese camino es solitario. No quiero ser lo que los demás esperan, no quiero cumplir expectativas, no quiero pretender, no quiero mentir, no lo haré.


La he cagado tantas veces que pienso de qué demonios me serviría seguir pensando en ello...pero...cuando estoy sola en mi habitación es en lo único en lo que pienso. ¿Necesitaré medicamento? Tengo miedo de ir al psiquiatra y que me recete pastillas porque sé que soy capaz de intentar suicidarme con una sobredosis. Tengo miedo de mí. Es como si existieran dos personas dentro de mí, una persona que siempre se muestra alegre ante todo, una persona que parece saacada de un poema o algún cuento arcaico. Luego, está ésta otra persona que ha cargado con todo el sufrimiento y desesperación de una vida tremenda. La persona que es consciente de que pase lo que pase nunca podrá dejar esas costumbres porque son las que le han ayudado a seguir, esa persona que siempre es fría con los demás porque en el fondo se está quemando, esa persona que se aleja de todos antes de que se alejen de ella, esa persona que prefiere ser callada antes que mentir, esa persona que se aleja por todo, esa persona que nunca habla de lo que realmente duele, esa persona que piensa que todo está mal con ella, esa persona que piensa en el suicidio, esa persona que busca las maneras más efectivas de morir, esa persona que quiere acabar con todo, esa persona a quien le gusta tanto el océano que quiere morir ahogada, esa persona.
Constantemente pienso que debería dejar morir a esa persona oscura y quedarme únicamente con aquella persona que siempre aparenta ser feliz pero no puedo y no quiero. Ella es parte de mí, de quien soy, son mis experiencias, son mis miedos, soy yo. La otra solamente es una mascara ante la sociedad. ¿Carlos habrá sentido esto?